…” Los Frailes han sido enviados a todos los hombres, grupos, y pueblos, a los creyentes y no creyentes, y sobre todo a los pobres, para que así dirijan su atención a la evangelización y a el establecimiento de la iglesia entre los "gentiles", y a iluminar y confirmar la fe en el pueblo cristiano.
... Es necesario no solamente atender a las situaciones y aspiraciones de los hombres a quienes hablamos sino también establecer con ellos un trato vivo, de manera que permanezca como norma de toda la evangelización la predicación acomodada de la Palabra revelada, sobre todo de quienes están lejos de la Fe.
Por lo cual los frailes han de aprender a reconocer el Espíritu que actúa en el pueblo de Dios, a conocer también las riquezas escondidas en las distintas formas de cultura humana, con las cuales se manifiesta de manera más perfecta la naturaleza del mismo hombre y se abren nuevos caminos a la búsqueda de la verdad" (LCO. 98-99).