Durante los próximos cuatro años Sobre Pieles Vivas busca escuchar los signos de los tiempos, viendo en el necesitado el rostro de un hermano, el rostro de un Dios que se encarna en la humanidad y comparte nuestra miseria, de un Dios que se entrega por todos.
La opción preferencial por los pobres, no es una mera ideología, sino que encarna el mismo sentido evangélico a la que todo cristiano esta llamado: construir el Reino de Dios con sus hermanos, aquellas pieles vivas que han estado afectadas por la pobreza y soledad. Ellos y ellas son el testimonio de un Cristo sufriente al que la mano de un hermano puede llegar a ser bálsamo de resurrección. Porque, en definitiva, en el Reino de Dios los pobres son bienaventurados.
La fe, esperanza y caridad nos mueven como cristianos consagrados a poner nuestra mirada en los más necesitados, una mirada que va más allá de una pura necesaria asistencia; que ha implicado y continúa siendo un caminar juntos, un compartir la fe, pues una misión no solo tiene una vía, ya que se necesita también dejarse contagiar de la creatividad y la experiencia de salvación que todos viven. Es una experiencia donde las dos o más partes se enriquecen mutuamente.