María, Madre de Justicia (5/9)
| julio 04 de 2020 | POR: Fray Hernán ARCINIEGAS VEGA, O.P., del Convento de San José, Chapinero, Bogotá. |
Jesús es llamado justicia de Dios porque por Él ha venido a nosotros la redención. Dentro del marco de la revelación, la justicia es comprendida como aquella restauración del orden y la armonía rota por el pecado. El pecado es ruptura de la comunión con los seres humanos, la naturaleza, consigo mismo y con la voluntad de Dios. Cuando acontece el desequilibrio, la ruptura, el pecado, es necesaria la justicia como medio para restaurar el auténtico orden querido por Dios.
La historia de la revelación muestra cómo desde el corazón del hombre se genera un distanciamiento de Dios, un rechazo a su alianza y una desobediencia que degenera en sufrimientos. El pecado, el desorden, ha sometido al ser humano como esclavo (cf. Rm 6, 17-18). ¿Qué justicia podría lograr el hombre para restablecer el orden? Ninguna. Pese a esa historia trágica, se descubre la constante voluntad de Dios por atraer hacia sí a su pueblo elegido: llegando al culmen de la revelación, Dios Padre envió a su propio Hijo para la justificación de los hombres. El Verbo eterno del Padre se hace hombre y “sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido sanados” (1 Pe 2, 24).
Cristo es el “Cordero inmolado” (cf. Jn 1, 29) que restaura la comunión rota por el pecado. Sin embargo, no solo restaura el antiguo orden o armonía, sino que sobre todo eleva la condición humana a un estado de santificación, a una comunión íntima con Dios, a una relación de amistad entre el creador y la criatura… “a vosotros os llamo amigos” (Jn 15, 15). Cristo, justicia de Dios, nos invita a seguir su ejemplo -dice santo Tomás de Aquino[1]-, a cargar con las culpas de los otros, a ser pacientes, a esforzarnos en ayudar al prójimo, en velar por la conservación de la unidad y la paz, el seguir obrando actos de justicia en Él, quien nos ha justificado. Que la preciosa Virgen María, madre de Dios, madre de la Justicia, nos ayude a contemplar el rostro de Cristo con su corazón -como nos invita el Papa Francisco en la carta de Mayo 2020:
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos dirá, Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo y se cargó de nuestros dolores para guiarnos a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.
Reflexiones del Tiempo Ordinario 2020
- ¡Animo! Levántate, te llama
- ¡Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios!
- ¡Oye con el alma y habla con el corazón!
- ¿hay salvación fuera de la Iglesia?
- ¿Primero la ley o la misericordia?
- ¿Puede el dinero injusto ser camino de salvación?
- ¿Quién dice la gente que soy yo?
- ¿Quién dicen que soy yo?
- ¿Quién es Jesús?
- “Perder es ganar un poco”
- A la manera de Dios
- Al final de la misión cotidiana, el Señor nos espera para descansar
- Amor sin medida… sin condiciones
- Apoyo Mutuo
- Buenas Noticias
- Como construir un reino
- Consagremos nuestros corazones a Jesús
- Contra los ídolos
- Domingo 19 de septiembre de 2021
- El juez injusto
- El mandamiento del amor
- El Padre nos atrae, nosotros decidimos
- El Señor se sirve de nuestra poquedad
- El sentido de la vida en el degustar el Sagrado Banquete
- El siervo sin entrañas
- El silencio y la escucha como servicio a la Palabra de Dios
- El trabajo que ha labrado nuestra vida tiene como recompensa el Reino de Dios
- Eucaristía: Dios como alimento
- Evangelio según San Marcos 10, 17 – 30
- Fraternidad
- Hermanos, Jesús nos exige hoy dejarlo todo para seguirlo a él
- Homilía - Domingo 14 noviembre 2021
- Homilía - Domingo 7 noviembre 2021
- Homilía 3 de octubre de 2021
- Homilía Domingo 13 de Junio 2021
- Homilía Domingo XXIII del tiempo ordinario
- Homilía XXIX del Tiempo Ordinario
- Invitados a “comer”
- Jesús, maestro, ten compasión de nosotros
- Jesús, semilla del reino
- Jóvenes previsoras y descuidadas
- La competencia para la misión
- La corrección fraterna; ejemplo de misericordia
- La creación: Casa común
- La justicia de un padre amoroso y misericordioso
- La valentía que implica ser cristiano de verdad
- Las implicaciones de ser predicador
- Las palabras de Jesús son Espíritu y Vida
- Los más débiles: Víctimas y Pobres
- Maestro, ¿cuándo has venido a este lugar?
- María, Madre de Justicia
- María, Madre de la Alegría y la Fiesta
- María, Madre de la Esperanza
- María, Madre de la fe
- María, Madre de la Solidaridad
- María, Madre de Migrantes
- María, Madre de Misericordia
- María, Madre del Encuentro
- María, Madre Reina de los Colombianos
- Misericordia vs exclusión
- Misericordia y Compasión
- No los conozco ni sé dónde viven
- No solo bastan las palabras y las promesas, si no hay un obrar concreto en nuestra vida Cristiana
- NOVENA A FRAY DOMINGO DE GUZMÁN: Agudeza en los sentidos 20/20
- Novena a la Virgen de Chiquinquirá
- Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá (Fiesta Coronación)
- Optar por salir de la barca
- Parábola de la fiesta de bodas
- Predicación Domingo XXXI del T.O.
- Quien se enaltece será humillado y quien se humilla será enaltecido
- Santa Rosa de Lima: mujer paciente, humilde y apostólica
- Ser Profetas Hoy
- Sinergia con el Mundo: Armonía del Carisma
- Solemnidad de Cristo Rey del Universo
- Solemnidad de la Santísima Trinidad
- Solemnidad de Santo Domingo de Guzmán
- Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo
- Tradiciones vacías vs Jesús
- Tras las huellas indelebles de la Trinidad
- TRINIDAD. Amor, entrega, vida…
- Un demonio muy malo
- Una brecha que nos condena
- Una ruta de acción cristiana
- Una virgen que muere de amor
- XXVI Domingo del Tiempo Ordinario
- Yendo todos de camino