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¿Quieres sentarte a la derecha o izquierda de Jesús?

|  octubre 20 de 2024  | Por: Fr. Andrés Eduardo Coronado Villalba, O.P. | 

Quién no quisiera sentarse a la derecha o izquierda de Jesús, sabiendo que él es el maestro y quien salva. Se podría pensar que la petición de los hijos de Zebedeo es bastante lógica. Además, denota la confianza que tienen con su maestro para poder pedirle algo que es bastante grande, por lo tanto, también muestra la apertura de Jesús para con sus amigos. La importancia implícita de la relación que tienen ambas partes es trascendental para la misión que están llevando a cabo.

Ahora bien, a la petición hay dos respuestas, la de Jesús y la de los otros apóstoles. Jesús en un principio pareciera que quiere evadir la respuesta a la petición y pone un obstáculo, ¿son capaces de beber el cáliz que he de beber y recibir el bautismo que voy a recibir? A lo que Santiago y Juan dicen sí, sabiendo que Jesús se refería con el cáliz al sufrimiento y con el bautismo la muerte. Con esto, les está preguntando si están dispuestos a comprometerse sabiendo que los sacrificios que implica ser un verdadero discípulo los puede llevar a la muerte.

Al escuchar el “podemos” de ambos imagino a Jesús contento de tal respuesta de compromiso, pero igualmente les dice que esos puestos son para quien está reservado. Por otra parte, está la respuesta de los otros 10, ellos se indignaron con Santiago y Juan por tal petición porque era puesto de honor lo que solicitaban en el reino de Jesús. En este sentido, deseaban ser los más importantes entre los 12.

Jesús, aprovecha el momento para dar una enseñanza a sus apóstoles, les dice que en el reino que él está instaurando no será como el que están viviendo; es decir, los que están en los puestos de honor o de gobierno maltratan al resto y los tiranizan. En el reinado de Jesús, el que quiera estar en estos puestos será el servidor de los otros, porque él mismo no vino a ser servido como los reyes, sino que vino a servir, la verdadera grandeza se encuentra en el servicio y la humildad.

Muchas veces a nosotros nos pasa lo mismo que a los apóstoles y quizás ni siquiera estamos dispuestos a beber del cáliz que bebió Jesús, mucho menos a recibir su bautismo, ni servir a los otros, pero si queremos los primeros puestos para mandar y que nos sirvan. Este evangelio nos debería hacer reflexionar sobre nuestra actitud como cristianos, porque aquí Jesús está dando lineamientos de cómo debe ser un verdadero seguidor de él. Pidamos a Dios que nos ayude a ser mejores cristianos y queramos estar cerca a Jesús, pero tal como él lo pide, no a nuestro acomodo.


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