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Predicación de Pentecostés

|  junio 05 de 2022  | 

Queridos hermanos, hemos llegado esta solemnidad de pentecostés sin perder de vista como los acontecimientos de la pasión muerte y resurrección del Señor, se convierten en la plenitud de nuestra vida cristiana y nos motivan a contemplar y predicar este bastidor que nos define y ubica como hijos de Dios. El año pasado también tuve la oportunidad de elaborar una modesta reflexión sobre la solemnidad de pentecostés, presentando como tesis central que este acontecimiento se puede entender de la siguiente manera “Pentecostés es la pedagogía de la universalidad del evangelio”. Hoy me permito movilizarlos a reflexionar sobre pentecostés sobre tres aristas que nos harán percibir está solemnidad de una forma cercana y razonable, ahondar sobre pentecostés como, síntesis, fe razonada - razonable y la razón de Cristo.

Ahora bien, la lectura de hechos nos narra el cumplimiento de los 50 días después de la Pascua del Señor, un tiempo también esperado por el pueblo judío para celebrar sus fiestas de las cosechas, donde ofrecían a Dios los primeros frutos en acción de gracias. Este acontecimiento no se aleja tanto de la realidad de los discípulos de Jesucristo, ellos los judíos presentaban a Dios y daban gracias a Dios los dones y frutos recibidos en Pentecostés; frente a esta analogía hay una plenitud y prefiguración del pueblo de Dios ya no reciben bendiciones de la tierra y agradan a Dios sobre dones de las cosechas, sino que reciben dones, el Espíritu Santo para hacer de sus vidas ofrendas vivas gozando de la intimidad de Dios.

Hechos nos presenta como la llegada del Espíritu Santo le permite a los discípulos hacer una síntesis sobre el anuncio de Jesucristo, de su configuración con el plan de salvación, si antes vivían sujetos al miedo y la ignominia por seguir a un Dios crucificado y resucitado, aunque las dudas seguían presentes, como ocurrió con el apóstol Tomás, al no creer en la resurrección; se puede argüir que pentecostés fue ese acontecimiento  de superación del miedo e incomprensión,  gracias al entendimiento de síntesis que les  permitió reconocer que no solo existe una fe ocular sino hay un nuevo recurso la fe racional y entendible, donde pueden entender el sentido de la revelación pero ante todo el plan de salvación, la verdad; elaborando en los discípulos una fe comprendida y comprensible.   

La figura del autor bíblico en decir que aparecieron unas lenguas como llamaradas, expresa la condición de la fe experiencial a una fe razonable, son los discípulos quienes al recibir el Espíritu Santo y poder comprender la intención de Cristo en prometer un paráclito y, asimismo evidenciar que Dios se encarna en su historia desde los presupuestos de una fe de un pueblo como los eran los judíos, llegan a la comprensión de que aparte de tener una certeza ocular de su vivencia con Jesucristo hay una comprensión racional de las promesas de Dios cumplidas en Jesucristo.           

La vinculación de la existencia de personas extranjeras en aquel momento de pentecostés se puede reflexionar el como una comprensión ocular y racional de la fe hizo que la predicación de los apóstoles se convirtiera sistemática, de tal forma que sus modos de predicar a Jesús causaran asombro a estos hombres y mujeres mencionados que quedaron admirados al oír como hablan de las grandezas de Dios. Quisiera manifestar que la acción de mencionar las procedencias e idiomas de otros pueblos tienen la finalidad de expresar que la predicación de los discípulos después de pentecostés se convirtió en un anuncio sistemático y entendible de la revelación de Dios, el recurso de un leguaje racional, testimonial y la gracia del Espíritu Santo elaboro la diáspora del evangelio.

De igual modo, el salmo no se dispersa de la intención del libro de los hechos, si bien el estribillo expresa “Envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra” podemos observar la intención de Dios en dar a conocer el plan de salvación a todos los hombres, la grandeza de Dios es poder valerse de los hombres y mujeres para que comprendan y hagan comprender a los demás las promesas de Dios en la persona de Jesucristo. Es por ello, que pentecostés se convierte en ese momento de entendimiento sistemático de la revelación y la intención de Dios darse a conocer bajo una fe ocular y existencial para posteriormente mostrarse en una fe racional y testimonial, en la predicación de los discípulos.

Asimismo, el apóstol san Pablo expone la diversidad de los carismas que son obrados por Dios y que son entregados según el Espíritu, Pablo comprende que la predicación de las grandezas de Dios guarda en sí un sentido social, una realización del bien común, una preocupación por la construcción del Reino de los cielos hacia los hombres y mujeres. Es por eso, que Dios a través del Espíritu Santo abre las fronteras físicas y mentales para comprender que la predicación es diversa, se encarna en la diversidad del ser humano y sus procesos históricos; observar el planteamiento del apóstol en hablar de una vinculación de nosotros como partes diferentes de un cuerpo pero que conforman a Cristo expone la mixtura de carismas que tiene la iglesia y lo enriquecida que es por los carismas y la diversidad. Por ende, la predicación sobre Cristo expresa nuestra vinculación a Dios, existe la intención de guiar un rebaño y dirigirlo a Dios. Eso es pentecostés una predicación vinculante e inclusiva de las promesas de Dios hacia los demás.           

El evangelio de san Juan es la pedagogía y teología de la promesa vital de Cristo a los discípulos, de quién es el Espíritu Santo y como apoyara la vida de quien configura su vida a Cristo. Es el evangelista San Juan quien narra los acontecimientos de la pascua, establece que comprender la verdad es comprender a Cristo, por tal motivo narra el evangelio que los discípulos estaban encerrados por el miedo, además de quedarnos con la literalidad del texto se puede decir que expresión de las puertas cerradas significa, la incomprensión del mensaje de Cristo, temor a la persecución, y la frustración realidades pesaban en ellos que les turbaba la paz.  

Este momento se puede interpretar que el evangelista narra el padecimiento de los discípulos, su incomprensión del anuncio de Jesús y la frustración provocada por su muerte; esos motivos a permanecer encerrados denotan el ocultamiento y temor que les limitaba poder predicar las promesas de Dios en Jesucristo. Por tal motivo, si en nuestras vidas existe un confort, temores, dudas, apoltronamiento, eso obstruye la predicación, eso podría significar tener el entendimiento y las puertas de nuestra vida cerradas, debemos perder el confort de una predicación de sacristías y templos perdiéndonos de la diversidad de la predicación.

Asimismo, el evangelista expresa que Jesús dice:  la paz a vosotros, hay una intención de dispar al hombre del conflicto que le causan las dudas, temores y demás problemáticas que nublan el seguimiento de Cristo, por tal motivo Jesús se dirige en enseñarle las manos y el costado es él mismo que muestra pruebas reales de la resurrección, Dios se vale de evidencias materiales para destruir el quietismo de los discípulos frente a la fe, es por eso que la razón de Cristo o el modo en poder llevar al hombre a pruebas empíricas, manifiesta el interés en sacar al hombre de la oscuridad del  temor, pecado y la ignorancia e incomprensión del plan de salvación y poder  llevarlo a un estado de gracia, tranquilidad humana y conocimiento.  Siendo estos aspectos los que definen la frase que les dice a sus discípulos “La paz este con vosotros”. De allí es la relevante acción del Espíritu Santo en que como paráclito, abre el umbral sobre que la salvación es para todos los hombres y mujeres. La antífona del cantico evangélico del día jueves que paso exponía la intención de llevar a los hombres y mujeres a la verdad a la salvación que es Cristo. “Cuando venga el Espíritu de verdad, os conducirá a la verdad completa y os anunciara las coas futuras”. 

Pentecostés es ese momento de volver a recobrar esa fuerza de la predicación es perder el miedo, las dudas, el confort y colocarnos en salida asumiendo los retos de la incomprensión o los prejuicios que actualmente hay cuando hablamos de las grandezas de Dios; apoyados por la gracia incesante del Espíritu Santo, tengamos palabras de vida para llevar un anuncio de verdad y alegría del amor de Dios a aquellos que son diferentes a nuestros modos de comprender la fe, que existan vínculos de predicar y ser predicados  desde la manifestación de Dios en la vida de tantos hombres y mujeres solícitos de nuestra predicación.

Que Santa María Magdalena patrona de los predicadores interceda por nosotros, y la acción del Santo Espíritu nos guie. Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre.  


Fray Ramiro Alexis Gutiérrez Corredor, O.P.

  • Cursa quinto semestre de la licenciatura en filosofía y letras de la Universidad Santo Tomás.

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