PULMÓN de la Humanidad: Un sueño Ecológico (2/9)
“Y dicho esto, sopló y les dijo: Reciban el Espíritu Santo” Juan 20,22.
La palabra pulmón viene del griego πλεύμων (pleumon), variante de πνεύμων (pneumon), cuya expresión deriva del verbo πνéω (pneo), que significar respirar. Precisamente, el término que utiliza el evangelio de Juan en griego (el idioma original en el que se escribió), para referirse al Espíritu es πνεῦμα (pneuma), lo cual quiere decir que hay una estrecha relación entre Espíritu, pulmón y el acto de respirar.
En ese mismo sentido, la exhortación post-sinodal “Querida Amazonía” del papa Francisco ha insistido en que la selva amazónica constituye el pulmón de la humanidad, un pulmón que como pasa cuando es afectado por el COVID 19, sufre de neumonía, por la crisis ecológica provocada por los incendios, la sobreexplotación, los agro-negocios, los agro-tóxicos y la entrega de toda esta riqueza natural a las empresas multinacionales. Necesitamos un nuevo pentecostés para el Amazonas. Todas nuestras selvas han de sanar, reforestar y devolver la vida a nuestros ecosistemas. Es urgente que entendamos que no somos el centro de todo, sino parte de un todo, que lo importante no es dominar/poseer, sino relacionarse/dar; donde vivir no es consumir, sino compartir; donde la tierra no es un instrumento inanimado y explotable sin límites, sino un ser vivo, generador de vida, que debe ser cuidado y querido, porque ella nos cuida y quiere.
Dar vida, oxigenar nuestro planeta, es también devolvernos la vida, pues, la Amazonia y nuestras selvas, mas allá de ser el pulmón de la humanidad, son un gran filtro de dióxido de carbono. Es lo que sucede en el proceso de fotosíntesis, en el que se absorbe gran cantidad de carbono. El dióxido de carbono constituye el principal causante del efecto invernadero que calienta la tierra (en los últimos 100 años aumentó un 25%). Si la Amazonía fuese totalmente deforestada, serían arrojadas a la atmósfera cerca de 50 mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Habría una “masacre” en masa de organismos vivos.
Oremos:
Reflexiones de pascua 2020
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