Queridos Hermanos y Hermanas:
Ha llegado el día de la Salvación, ha llegado el día de NUESTRA SALVACIÓN, el día donde JESÚS, NUESTRA PASCUA, vence indiscutiblemente a la muerte, una victoria fulminante, “tan clara como el agua”.
En los últimos días, con el equipo de Da Nobis Hodie, hemos venido reflexionando sobre las características de los elementos dados por Dios para transformarnos el corazón y llegar a este momento. ¿Somos conscientes de ello? La explicación es sencilla: La pascua del Señor es ahora y justamente en este año muy distinta, porque estábamos acostumbrados a lo propio de los días santos sin quitar ningún ápice de la ley, porque nuestro corazón andaba en muchas cosas sin escuchar la voz de Dios hablándonos: “Escucha Pueblo mío, Soy Tu Señor”. Así como es claro el día con la Resurrección del Señor, se aclara el Agua en la turbulencia del corazón del Hombre que confía y se convierte a su Creador.
Cada vez son más las preguntas que nos deja todo esto, porque ha sido un tiempo distinto, porque el miedo y la zozobra parecen robarse la esperanza de todos nosotros los hombres, porque con la Resurrección de Jesús todo cambia, porque ya la Esperanza perdida llega a nosotros nuevamente y volvemos a CREER, a ¡SER EN CRISTO Y A VIVIR! Los manantiales de Vida Eterna vuelven a nosotros, los ríos se desbordan de agua cristalina, el Resucitado nos enseña que la muerte no tiene la última palabra, que no estamos destinados al fracaso y a la corrupción sino a la vida y la felicidad.
“Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.” (Apocalipsis 22, 1-2). Todo ello para que en esta PASCUA, que es diferente a todas, la Gloria de Dios resplandezca y todos pasemos a ser la Verdadera Agua Cristalina que convierte corazones en bálsamo de Alegría para todas las gentes.
La RESURRECCIÓN es JESUCRISTO, quien nos recuerda año tras año, a no dejar de lado a nuestro hermano que sufre y llora en sus soledades; todos hoy hemos decidido resucitar para una vida nueva con Él y al servicio de los más necesitados. Es más, toda esta situación que estamos viviendo en nuestra sociedad a razón de la pandemia por el Covid-19, debe llevarnos a repensar nuestro modus vivendi (estilo de vida), para que reconstruidos en el Resucitado, seamos más solidarios los unos con los otros a razón de instaurar un nuevo mundo capaz de ayudarse en las dificultades, que seamos enteramente aquellos discípulos del Resucitado quienes al ver las situaciones que desencadenan problemas globales, aportan desde una perspectiva cristiana las posibles soluciones.
Apreciados hermanos, en estos momentos cuando el mundo se resguarda, obligándose a no dar abrazos generosos por riesgo a un posible contagio, les hacemos llegar hasta sus hogares, ya sea a través de la pantalla del celular, la tableta o el computador, nuestras más sinceras expresiones de afecto y gozo en Cristo Resucitado, derramándoles nuestra bendición y deseándoles una ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Queremos contagiarles de felicidad, de vida, de amor, pero ante todo de ESPERANZA, pues un Dios que ha derrotado la muerte, en un día como hoy, no va a dejar morir a los suyos, a quienes le aman con un lavado y reconstruido corazón.