Muchas veces el ser humano se siente solo y desamparado por situaciones de la vida diaria, por problemas cotidianos que parecen no tener solución, como la muerte, pero cuando reflexiona y toma conciencia de que no está solo y Dios lo acompaña, aparecen soluciones. Es así que, Jesús se aparece a sus discípulos que estaban llenos de miedo e imposibilitados para actuar, en ese contexto, Jesús les da la paz que anhelaban sus corazones abatidos y con la paz de Jesús llegan muchas soluciones a lo imposible, a lo que no tenía salida.
Jesús que sabe de los problemas del hombre, de las dolencias de la vida y de sus alegrías y maravillas, se aparece en la noche oscura de sus discípulos para darles aliento y para cumplir la promesa que les había hecho: mandar el Espíritu Santo “les conviene que yo me vaya porque, si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré” el Espíritu Santo “os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho” esta es la fiesta que estamos celebrando, Pentecostés, Celebramos que la tercera persona de la Trinidad esté en cada uno de nuestros corazones confortándonos. El Espíritu Santo es un Don de Dios cuya misión es enseñar, recordar y testimoniar a Cristo.
Sin embargo, muchas veces el Espíritu Santo es el gran desconocido y hace las veces del alma que no se ve, pero su presencia es la que nos fortalece. Veamos algunos momentos en los que el Espíritu Santo ha actuado en la Palabra de Dios.
El Espíritu Santo en el AT es considerado como ruah o viento, el cual es muy poderoso y puede mover barcas y las olas, pero no se puede ver. Esta fuerza de Dios también es interna y pertenece a los vivos, ya que los muertos no respiran, lo que lo convierte en el dueño de la vida (Job 27,3; 33, 4) Así vemos que en (Gn 2,7) Dios sopla su aliento de vida, como dando una parte de Él, lo que crea una relación directa con el Creador. De la misma manera los profetas hablan de Dios porque son hombres de Espíritu que fueron transformados, santificados y llenos de sabiduría y conocimiento. Este Espíritu de Dios se dará al mesías y a su pueblo en los últimos tiempos. Debemos estar alegres porque gozamos del don de tener el Espíritu Santo con nosotros.
En el NT. El Espíritu Santo es un ser personal que tiene una íntima relación con el Mesías. Por eso, Dios actúa en consecuencia a esa relación. Además, el Espíritu Santo se puede ver como una fuerza carismática que se representa en plenitud en Cristo y en el pueblo de Dios que recibe los dones; como fuerza santificadora, que está presente en todos los cristianos (Rm 8,14); como persona divina, que es diferente al Padre y del Hijo, tal como lo vemos en el Bautismo de Jesús y en el mandato de bautizar. Cristo, está íntimamente conectado a la Persona del Espíritu Santo. La relación con Jesús, nos muestra la importancia ingente del Espíritu Santo en la vida de los creyentes. Esto es necesario reconocerlo porque muchas veces los cristianos desplazamos y hasta olvidamos la labor del Espíritu Santo: enseñar, recordar y testimoniar a Cristo.
Hermanos, demos gracias a nuestro Padre que nos ama y por medio del Espíritu Santo nos impulsa a continuar con el mandato de Jesús, somos invitados a participar activamente en la vida Trinitaria. La Iglesia entera celebra unida la venida del Paráclito, vivamos contentos y gozosos porque siempre tendremos quien nos acompañe. Es necesario reflexionar, tomar conciencia de los dones del Espíritu Santo en nuestras vidas cuáles debemos fortalecer y pedir para que el Reino de Dios se siga haciendo presente entre nosotros ya que hemos sido enviados.