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(6/9) Dará a luz un hijo y le pondrá por nombre… CORDERO DE DIOS

|  diciembre 21 DE 2019 • Fray Andrés Viaña Fernández, O.P.  |

El adviento es un tiempo que nos lleva a descubrir y a mostrarles a otros quién es el ‘Cordero de Dios’, en estas festividades que nos llenan de fe, esperanza y amor. Sabiendo que el amor de Dios siempre nos ha precedido misteriosamente en la historia de la propia existencia. Por ello, bastaría abrir un poco los ojos para darse cuenta de ello. Lo que estamos esperando ya próximo a la Navidad es a un liberador definitivo que pueda “quitar el pecado del mundo” (Jn 1, 29), limpiar la vida e introducir en los corazones un Espíritu nuevo.

Hemos de reconocer que muchas veces Jesús, el ‘Cordero de Dios’, pasa desapercibido durante el tiempo de Navidad; esta época del año la hemos llenado de tantos adornos que perdimos lo esencial de la celebración y por ende necesitamos nuevamente que ‘alguien’ nos señale y nos haga oír ‘algo’ que se despierte en nuestro interior, que nos mueva el piso tal cual lo hizo Juan Bautista con sus contemporáneos. Es así como comienza siempre el seguimiento a Jesús. Así mismo estamos empezando también nosotros este camino de la Navidad. Alguien nos ha de señalar y presentar a Jesús, Dios con nosotros. Porque solo conviviendo con Jesús es como aprenderemos a vivir como él.

Este es el paso decisivo que hemos de dar, esto es entrar en el camino de Jesús. Ya no se trata de conocer por ‘otros’, sino de tener una experiencia personal con el ‘Cordero de Dios’. Queda muy poco para celebrar la Navidad y qué mejor oportunidad para descubrir en María también aquella mujer que nos muestra al ‘Cordero de Dios’ y que  nos invita a mirar la vida como la miraba Jesús, a tratar a las personas como Él las trataba, a acoger, escuchar y acompañar como lo hacía Él. Confiar en Dios como Él confiaba, orar como oraba Él, contagiar esperanza como la contagiaba Él. Todo esto es nada más y nada menos que fruto de la relación, jamás será el resultado de nuestro empeño. Y solo el que viva como vivió Jesús estará en condiciones de afirmar qué hace más feliz a una persona: Vivir como antes o vivir como vivía el ‘Cordero de Dios’.

Gracias Jesús por ayudarme a entender que
Tú eres el ‘Cordero de Dios’, y que has venido a quitar el pecado del mundo.
Ayúdame, Buen Señor, a que yo te siga con la misma generosidad y alegría
con que te siguieron los discípulos del Bautista,
sin dejarme llevar por tonterías y con la disposición de estar siempre a tu lado,
aún en las situaciones más adversas.
Amén.