En efecto, por la persona Jesucristo, Dios revela al hombre su ser misterioso (descensus Dei), al tiempo que Cristo es el camino para acceder a la riqueza insondable de Dios (ascensio ad Deum). En efecto, por medio de Jesús sabemos quién es Dios, pues su vida terrena expresa rasgos admirables de su misericordia, de su amor y compromiso con el hombre (Aurelio, 2015) .
‘Cristo’ nos muestra el camino que debemos recorrer y cómo lo debemos recorrer. No basta con conocer el camino, pues muchos cristianos sabemos que el camino está señalizado por el Hijo de Dios, pero nos quedamos al borde del mismo. De manera especial en este tiempo de adviento estamos invitados a dejar la tibieza de corazón y nos animemos a dar el primer paso y salir al encuentro de Cristo por medio de los hermanos, siendo buena nueva para ellos así como ‘Cristo’ lo es para nosotros. También, por medio de Cristo conocemos quién es Dios y su plan de salvación para la humanidad, no podemos quedarnos con ese conocimiento, debemos trasmitirlo, debemos hacerlo vida en cada uno de nuestros hogares, en nuestros círculos sociales y comunidades eclesiales.
No permitamos que ese conocimiento de Dios sea opacado por la violencia, por la maldad, por las dinámicas de injusticia que se viven a diario en nuestro país; ser cristianos debe llevarnos a ser como ‘CRISTO’, a marcar diferencia y eso solo se hace trasmitiendo el conocimiento de Dios tanto de palabra como por obra. Pidamos en esta navidad que nuestro compromiso con el plan de Dios nos haga más humanos y más hermanos, que seamos sensibles frente al dolor y el sufrimiento de los que no tienen voz y más aún, que nos convirtamos en la voz de los que no tienen voz.
