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Se nos sigue mostrando un camino

|  abril 03 de 2022  |

Se nos sigue mostrando un camino, revelado también en la oración colecta, un camino que hemos venido transitando y que seguiremos hasta el triduo pascual ayudados por Dios. No ha sido un camino de soledad ni de ensimismamiento sino un camino en el cual, la mano de Dios ha tomado la nuestra y nos ha llevado por una ruta de conversión que solo se puede seguir si el amor hace parte del itinerario, es decir, una ruta cuaresmal bien caminada debe estar guiada por el amor de Dios y para que así a lleguemos a la Pascua.

El amor y la misericordia son palabras fundamentales en la propuesta del evangelista, el amor plasmado en la cruz y la misericordia con la mujer adultera. La oración colecta a su vez, nos invita a pedirle a Dios que nos conceda ese mismo amor, no un amor distinto ni inferior, sino igual al del hijo que se entrega. Se trata de un amor lleno de misericordia pero que implica darse, es decir, conduce a la cruz.

En el texto, se plantea un orden narrativo particular cuando Jesús confronta los acusadores, primero se van los más viejos y luego los más jóvenes, quedando al final solo Jesús con la mujer. En este punto se pueden plantear algunos interrogantes: ¿por qué se van en ese orden? ¿unos eran más conscientes de su pecado? ¿qué es cumplir la ley?  ¿Cumplir la ley por cumplirla? ¿cumplirla para evitar el castigo? ¿cumplirla solo en público?

Con la afirmación que dirige el Señor hacia quienes la quieren apedrear a la mujer, Jesús intenta evidenciar que la ley también se vive en la intimidad de cada quien y que el único que realmente puede juzgar el cumplimiento de la ley es Dios y quizá el propio pecador, este se interpela, y puede reconocer su propia miseria. Entonces, en el camino hacia la Pascua es necesario hacer nuestro discernimiento y acudir a Jesús que es el único que nos puede sanar para seguir andando, es Él quien tiene misericordia.

Es curioso que lo único que escribe Jesús lo escribe sobre la arena, puede escribir el pasado de la mujer que luego perdonó.  “vete y no peques más”, no es un desentenderse de la situación, por el contrario, se trata de hacerse muestra del encuentro de aquella mujer con un Jesús lleno de misericordia que la levanta para seguir adelante.

Los redactores del catecismo relacionan esa bella frase de “vete y no peques más” como una anticipación del juicio final del que se habla en la teología clásica, el juicio final esta anticipado en el sacramento de la reconciliación es éste en el que Dios nos muestra su misericordia, en el que nos dice vete y no peques más, así que, estamos en el juicio de Dios que nos perdona y absuelve.

Existe un elemento clave en la realidad de nuestra vida y de toda comunidad cristiana, la corrección fraterna, a los escribas en el fondo no les interesaba la ley ni la mujer, su interés era ponerle una trampa a Jesús. A Él en cambio, no le interesa ni lo uno ni lo otro, le interesa salvar a la mujer, “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva”, buscar el bien del hermano cuando le corregimos. Por lo que es necesario acudir al evangelio, antes de sacar la paja del ojo de tu hermano saca la viga que hay en ti, esto es, antes de una corrección siempre es sabio escrutar el propio corazón para no actuar de manera inconsciente sino buscar el bien y que el hermano se convierta y viva, para esto necesitamos la misericordia que viene de Dios.


Predicación comunitaria V domingo de Cuaresma.

  • Estudiantado Convento Santo Domingo. Provincia San Luis Bertrán de Colombia.

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