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Universidad Santo Tomás, seccional Bucaramanga, celebró la alegría del carisma dominicano

|  agosto 27 de 2025  | 

Hay celebraciones que trascienden la formalidad de una fecha y se convierten en un encuentro de rostros, memorias y espíritus. Así fue la solemnidad de Nuestro Padre Santo Domingo de Guzmán en la Universidad Santo Tomás, Seccional Bucaramanga.

La fiesta comenzó el 7 de agosto en el Campus de Floridablanca, dónde laicos de fraternidades dominicanas, religiosas y frailes de la misma Orden se reunieron para un día de oración, reflexión y fraternidad. Desde las primeras luces de la mañana, el rezo de Laudes marcó el pulso espiritual; una conferencia y un taller lúdico-reflexivo ofrecieron espacio para pensar y compartir. La alabanza y la Eucaristía cerraron un itinerario que, lejos de agotarse, se prolongó en el calor de la mesa común, mezclando palabras y sonrisas en auténtica fraternidad dominicana.

En cada momento resonó el espíritu de Santo Domingo: la búsqueda de la verdad, la pasión por la predicación y el encuentro fraterno. Los cantos, la oración comunitaria y las reflexiones giraron en torno al carisma de la contemplación, la acción, la oración, el servicio, la alegría y la misión.

El 8 de agosto, día propio de la fiesta, la celebración se trasladó en un primer momento al Colegio de La Presentación de Bucaramanga, donde los estudiantes vivieron la Eucaristía especialmente pensada para ellos. En medio de cantos juveniles y un mensaje cercano se recordó que Santo Domingo fue un hombre que supo escuchar a Dios y a las personas, que caminó con los pies en la tierra y la mirada puesta en el cielo. Los jóvenes participaron activamente en las lecturas y las oraciones, y muchos se acercaron al final para conocer más sobre el famoso perro con la antorcha, símbolo de los Domini Canes, “perros del Señor”, llamados a llevar la luz del Evangelio al mundo.

Más tarde, el espíritu festivo se hizo presente en el campus de Floridablanca y el Templo Cristo Rey con la celebración Eucarística. Allí entre pasillos y halls universitarios, el equipo de Evangelización y Cultura compartió presentes con la inscripción Domini Canes; el momento estuvo acompañado de una breve explicación que, en apenas unos segundos, conectó a estudiantes, docentes y administrativos con ocho siglos de historia y misión. Un gesto sencillo pero cargado de sentido, que se convirtió en una catequesis en miniatura: cada envoltura fue un recordatorio de que la alegría y la verdad pueden ir de la mano.

La jornada culminó con la inauguración de la nueva oficina de la Dirección de Evangelización y Cultura en el Campus de Floridablanca, un espacio construido para seguir tejiendo la misión dominicana dentro de la vida universitaria. No solo se bendijo el lugar físico, sino que se renovó el compromiso de anunciar el Evangelio desde el aula, el pasillo y la vida comunitaria.

Así, la Universidad Santo Tomás vivió la solemnidad de su Padre espiritual, como él mismo  lo hubiera querido, con oración que eleva el alma a Dios, con reflexión que ilumina el espíritu, con fraternidad que une a los hermanos y con alegría que evangeliza.


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