La utilidad en Cristo en el arte sacro
Fray Reinaldo de Jesús Sánchez López, O.P.
El origen del nombre Manizales es diferente a la mayoría de las ciudades de Colombia. La mayor parte deriva de circunstancias históricas, santos, personas ilustres o nombres indígenas. Sin embargo, Manizales es un nombre que proviene de la abundancia de las llamadas “piedras de maní”, que son rocas graníticas de color gris, compuestas por mica, feldespato y cuarzo. Las tierras sobre las que se levanta la ciudad de Manizales fueron habitadas en tiempos precolombinos por quimbayas, armas, ansermas, picaras, sopías, paucuras y carrapas. Manizales, fundada en 1849 durante la colonización antioqueña, es la capital del departamento de Caldas, ubicada en la Cordillera Central, cerca del Nevado del Ruiz. Hace parte del llamado Eje Cafetero Colombiano y es denominada la “Ciudad de las Puertas Abiertas”.
Reinaldo de Jesús, fraile caldense, nació en Manizales el 6 de abril de 1941, procedente de un hogar cristiano y costumbres auténticamente paisas. Sus padres fueron: Juan de Jesús Sánchez Montoya, oriundo de Neira (Cal.), (1906−1952) y María Rosalina López León, nacida en Manizales (1913−1992). Sus hermanos son: Miguel Ángel (1938; vivió seis meses), Mario (1942), Rubiel Antonio (1943−2010), Alba Lucía (1944 y fallecida siete meses y medio después), William (1945), Heriberto (1948−2002) y Gloria (1949 y fallecida cuatro días después de su nacimiento). Desde niño, Reinaldo mostró inclinaciones por el arte, distinguiéndose por su capacidad excepcional para la caligrafía y el dibujo, y también por su vocación para la vida consagrada. Estudió la escuela primaria con las dominicas de la Presentación.
Llegó a la Orden siendo ya bachiller del Colegio Arquidiocesano de Nuestra Señora de Manizales, donde obtuvo la sabia dirección espiritual del joven presbítero Augusto Trujillo Arango, consagrado después obispo auxiliar de monseñor Luis Concha Córdoba, arzobispo de Manizales y luego nombrado obispo de la Diócesis de Tunja. Durante su escolaridad del bachillerato tuvo un fuerte estímulo para los ejercicios del dibujo por parte de su profesor Hernando Gaviria hasta alcanzar en el 1956 el reconocimiento público de “mejor dibujante del colegio”.
Como los de su generación, Reinaldo entró a la Orden estimulado por los dominicos fr. Andrés Monsalve Sánchez y fr. Jesús María Nieto Grisales; vistió de hábito dominicano en el convento mariano de Chiquinquirá el 20 de noviembre de 1960; son sus compañeros fr. Jesús Antonio Ceballos Giraldo y el hermano cooperador fr. Ismael Ramírez Aldana. Fr. José Dimas Espitia fue su maestro en el noviciado y allí mismo emitió su primera profesión el 21 noviembre de 1961. Durante la década de los sesenta, también se desempeñó como ilustrador de libros y folletos, levantamiento de planos y miniaturas para vitelas de recordatorios de ordenaciones y profesiones de sus hermanos de comunidad.
Adelantó sus estudios eclesiásticos de filosofía y teología en el “Studium Generale” del Convento de Santo Domingo de Bogotá, siendo su maestro en el estudiantado fr. Pastor Prada Dietes. Emitió su profesión solemne el 21 de noviembre de 1964. Fue ordenado diácono por el papa Paulo VI en el Templete Eucarístico de Bogotá el 22 de agosto de 1968, con motivo del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional y, ordenado como presbítero el 21 de diciembre del mismo año, en la ciudad de Manizales por monseñor Silverio Buitrago, obispo auxiliar de la diócesis.
En 1970, fue asignado por el provincial, fr. José de Jesús Farías Páez, al Convento de San José de Bogotá, donde se desempeñó como consejero, archivista, cronista y vicario parroquial, al tiempo que inició estudios en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, obteniendo en 1976 el título de maestro en Artes. Cada año por Navidad, y por encargo de fr. Alberto María Madero Pinzón, presentaba como requisito académico de sus estudios, monumentales pesebres (nacimientos) que ocupaban todo el presbiterio del templo votivo, elogiados por la crítica, laureados en la facultad y noticia en la prensa nacional. En 1972 realizó dos estudios para vitrales denominados “Nuestra Señora de la eucaristía” y “Los cuatro evangelistas”, los cuales se encuentran en la sala de comunidad del Convento de San José de Bogotá.
Contemporáneamente conoció, frecuentó y trabajó al lado del reconocido maestro Muñoz Mora, pintor, escenógrafo y jefe della vesteria para el teatro Colón de Bogotá; igualmente colaboró con su maestro en pintura Jorge Elías Triana en el mural “Las tradiciones ancestrales tolimenses”, en la ciudad de Ibagué (Tol.). Trabajó en grabado de litografía, aguafuerte, puntaseca y mediatinta con los maestros Augusto Rendón y Rodolfo Velásquez, y en serigrafía con el maestro italiano Umberto Giangrandi. Entre otros fueron sus maestros en dibujo Jorge Ruiz Linares, Raúl Neira, Marco Ospina, Joaquín González y Mardoqueo Montaña; y lo recorrieron en el mundo de la pintura los maestros Alfonso Quijano, Luis Fernando Robles, Balbino Arriaga, Santiago Cárdenas, Ángel Loohkartl y Manuel Hernández. El crítico e historiador Germán Rubiano marcó sutilmente su conocimiento en la distinción y valorización artística de los trabajos realizados por los operadores del arte.
Fue iniciado en el campo de la escultura por el maestro Tiberio Vanegas, para quien modeló en la realización de una escultura en acrílico, titulada “Fraile trasparente”: una obra sin rostro ni corporeidad, como si fuera un fantasma, pero que deja entre ver las formas desde los pliegues transparentes de las distintas partes del hábito dominicano. Esta obra fue presentada en el Museo de Arte Moderno de Bogotá en el Salón de Artistas Nacionales de 1977 y un año más tarde, en el Convento de Santo Domingo de Bogotá en una exposición con motivo de los 25 años de su nueva sede.
Por varios años, muchas de sus obras: grabados, plumillas, acuarelas y otras técnicas, pendieron de los muros del Convento de San José, hasta que fueron desapareciendo. Se destaca la ampliación fotográfica, de gran dimensión, de un grabado que tituló: “Colombianita del rosario sacro”, realizada en 1974 por encargo de fr. Alberto Madero, prior del Convento de San José y que posteriormente fue donada al Centro Mariano Nacional de Chiquinquirá en 1991 con la anuencia del consejo conventual, durante el priorato de fr. Pastor Prada Dietes. Con motivo de la canonización de san Juan Macías en 1975, también realizó una gigante ampliación fotográfica tomada de un grabado anónimo del siglo XVIII, encargada por fr. Marco Antonio Peña Salinas para Convento de Santo Domingo de Bogotá y por fr. Tito Belisario Murcia Florián para el Convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
Asimismo, se resaltan dos pinturas al óleo: “Santo Tomás joven”, realizado con motivo de los cuatrocientos años del Colegio Santo Tomás en 1973, por encargo de fr. Aristides Sierra, prior del extinto Convento de Santo Tomás y rector del colegio; Eduardo Arango, compañero de universidad, fue su modelo. El otro es un óleo de 1973, denominado “El Cristo latinoamericano”, pintado con motivo del quinto aniversario de la Conferencia Episcopal Latinoamericana reunida en Medellín en 1968 y por encargo de fr. Pedro Domingo Abel Amaya Vesga, obra que por mucho tiempo estuvo en el despacho parroquial y que actualmente se encuentra en la sala capitular del Convento de San José de Bogotá.
En lo escultórico, con motivo de los ochocientos años del nacimiento de santo Domingo, moldeó en arcilla y luego vaciado en cemento un vero volto de nuestro padre, fechado en 1970 y un busto de san Juan Bautista de La Salle, en yeso armado –ahora en malas condiciones−; ambos pertenecen a la colección del Convento de San José en Bogotá. Es también obra suya el diseño arquitectónico de la fachada del templo de Nuestra Señora del Rosario – La Renovación, en Chiquinquirá. Dicha fachada fue inspirada en el estilo de los templos doctrineros de la primera etapa de la evangelización de nuestra patria. Actualmente la fachada fue reformada perdiendo las tres ventanas de la planta baja y el balcón de madera ubicado en el coro al lado izquierdo de la segunda planta. Al llegar los 25 años de la fundación del Liceo Santo Domingo de Tunja, fr. José Rodrigo Arias Duque le encomendó el diseño del afiche conmemorativo en 1979.
Terminados sus estudios universitarios, fue asignado por el provincial fr. Marco Antonio Peña Salinas a la Casa de Santo Domingo de Tunja, allí fue superior en el año de 1976 y delegado por la provincia para los trabajos de restauración del Templo de Santo Domingo y la Capilla del Rosario que realizó el gobierno colombiano a través de Colcultura. Desde 1975, junto con fr. Faustino Corchuelo Alfaro y durante dos años, estuvo al frente de las gestiones de dicha restauración, obras que se habían iniciado en 1972, y que no avanzaban en su realización por la gran burocracia y porque el Estado no giraba los recursos para tan monumental cometido. El templo se reabrió felizmente al culto el 28 de marzo de 1981, cuando ya fr. Reinaldo había viajado a Italia. Durante su estancia en Tunja fue miembro de la Corporación Nacional de Artes Plásticas, de la Cámara Junior de Colombia y del Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá donde elaboró las plumillas para los afiches y programas de los conciertos de la Semana Internacional de la Cultura, al tiempo que hacía parte como jurado de las distintas exposiciones de arte.
En el “patio de la Virgen” del claustro de estilo republicano del centro histórico de Tunja, antigua sede del Convento de Santo Domingo, en lo alto del muro izquierdo exterior de la Capilla del Rosario, se encuentra una “estela” en barro cocido, con signos precolombinos que nos recuerdan la fusión del arte precolombino con el arte español, que dio origen al barroco americano. Fr. Reinaldo moldeó estas lozas, que fueron horneadas en Ráquira bajo su supervisión y puestas al finalizar los trabajos de restauración de la capilla, formando una cruz.
En 1980, siendo superior, como es costumbre, se anunció la visita canónica a la casa dominicana de Tunja por parte del maestro de la Orden, fr. Vincent Des Cuesnongle; ya que fr. Reinaldo no atendió dicha visita, el maestro lo destituyó y lo asignó al Convento de Santo Domingo de Fiésole, en la ciudad italiana de Florencia, para continuar sus estudios en Bellas Artes, lugar donde frecuentó por el año 1981 la Academia Libre de Bellas Artes, sección fundada por los Médicis, Gran−Duques de Florencia. Enseguida pasó a Milán, allí habitó en el Convento de Santa María de las Gracias en cuyo refectorio Leonardo da Vinci pintó su famosísima cena. Frecuentó por dos años la Escuela de Arte “Beato Angélico”, dirigida por una comunidad mixta fundada en los primeros decenios de 1900, por monseñor Polvara de la Arquidiócesis de Milán. Allí estuvo aprendiendo y practicando principalmente las diversas técnicas de escultura con el presbítero y maestro milanés don Marco Melzi y el escultor friulano Gino Casanova.
Después de eso, y durante cuatro años, vivió con los padres jesuitas en la ciudad de Carrara donde en 1985 obtuvo el diploma del Instituto del Estado para la Industria y la Artesanía del Mármol. Allí logró coronar un sueño originado en la Universidad Nacional de Colombia cuando seguía las lecciones de su admirado maestro Julio Castillo: lograr dibujar con línea continua, inmediata, precisa y sin interrupción; y, al mismo tiempo y con el mismo gesto, representar la blandura del modelado que produce la luz y la sombra, la rigidez de los cuerpos sólidos y la morbidez de las superficies blandas. De este período quedan como testigos numerosos retratos de sus compañeros y de otras personas que lo asistían cordialmente.
Durante este tiempo pudo conocer y practicar las técnicas de la escultura en mármol y en terracota, dirigido por los profesores Paoletti e Bruschi, además de darle salida a otras técnicas de dibujo producidas por su inquietud y búsqueda artística personal. Obtuvo también una beca para un curso semestral sobre la excavación del mármol directamente en las canteras de Carrara. Trasladándose después al Convento de Santa María Sopra Minerva en Roma, lentamente se fue integrando a la vida de la Provincia Romana de Santa Catalina de Sena: fue nombrado síndico y suprior del convento, maestro de estudiantes de la Provincia Romana y director de la Biblioteca Beato Angélico. En repetidas ocasiones visitó la Provincia de Colombia, con charlas y exposiciones sobre la obra pictórica del beato Angélico, especialmente en Bucaramanga por los años 1997 y 1998, bajo el auspicio de fr. Carlos Arturo Díaz Rodríguez.
Entre sus trabajos artísticos vale la pena recordar una preciosa serie de plumillas que incluye diversos aspectos de la ciudad de Tunja, dibujados por encargo del Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá. Existe otra colección de plumillas a color, actualmente bajo el cuidado de su familia, sobre los objetos y motivos del arte indígena del Museo Misionario Etnológico de la Ciudad del Vaticano. Otra obra, de trazos muy finos, es un dibujo que retrata a fr. José de Jesús Sedano González, realizado durante el tiempo del prenoviciado en Bogotá y del cual es propietario actualmente el ingeniero Luis Adolfo Prieto. Fueron ejecutados con grande y delicado esmero y feliz realización, el retrato de la mamá de su cohermano italiano fr. Cándido del Pozzo (de la Spezia) y otro de la mamá del párroco de la Parroquia de San Francisco de Carrara, don Ermanno Biselli, quien desde aquel momento lo acogió para el ministerio pastoral. Los dos retratos, a mesura natural, fueron realizados con la técnica de pastel.
Algunos de sus compañeros universitarios continúan trabajando con grande éxito en el panorama nacional del arte, son ellos: Carlos Rojas Niño, Hernando Carrizosa, Olga Lucía Jordán; en el campo universitario: María Eugenia Baquero (ceramista de la Universidad de los Andes), Hernando Guerrero (Universidad de Antioquia), Abraham Rozo (Academia de Bellas Artes de Manizales), Absalón Avellaneda y Jorge Ramírez (Universidad Nacional de Colombia). Otros compañeros trabajan profesionalmente ya sea en el campo artístico o publicitario: Pedro Miranda (fotógrafo), Ester Cardozo, William Sánchez Lamprea, María Cristina, Antonio Camacho, Santiago Ibáñez, Rubén Rueda, Margarita Ramírez, María Eugenia Cerón y Olivia Miranda.
Residió como conventual en el Convento de Santo Domingo en Siena, Italia, ocupándose en la predicación y en actividades del ministerio presbiteral; fue suprior del convento, coadjutor del párroco, asistente para la fraternidad de las Terciarias Dominicas de Siena y confesor de las hermanas dominicas del Espíritu Santo en Florencia.
En el 2023, el periodista Gustavo Núñez escribió para el Periódico Boyacá 7 días algunas notas sobre fr. Reinaldo: “Florencia la renacentista es más antigua que Tunja la colonial. Pero la gloria de Florencia no se ocultó con los siglos, ni con el desarrollo moderno, ni con la implantación de la nueva ciudad. Tunja, al contrario, está cansada de ser antigua siendo tan joven en la lontananza de los siglos”. Curiosa comparación que aparece en una carta de fr. Reinaldo con fecha 10 de febrero de 1981 enviada al periodista desde Florencia.
Afirma el periodista que, fr. Reinaldo fue El dominico que se enamoró de Tunja y que, “durante su permanencia en Tunja el padre Reinaldo Sánchez se compenetró tanto con esta ciudad que llegó a enorgullecerse de su riqueza cultural, de su historia, de la estirpe de sus pobladores y a padecer las angustias locales. En lenguaje llano: se enamoró de Tunja”. Más adelante, fr. Reinaldo expresa su experiencia en la ciudad de Tunja así: “En verdad que el poco tiempo que Dios me concedió disfrutar sus serenos y honestos goces no fue en vano. Fue el contacto silencioso con una vida cultural sin aspavientos, con la historia del arte barroco americano, con la sencillez, la melancolía y la cotidianidad de un pueblo, con el trato cariñoso de sus gentes, con el embrujo de sus secretos y el misterio de sus hallazgos y leyendas. Fue una vivencia emocionante a través de acciones culturales en Santo Domingo, en el Cuartel de la Policía, en el Amparo de Niños, en Santa Clara, en el Santuario de El Topo, en la Catedral, en Santa Bárbara, en el Colegio Nueva Granada y en el Colegio de la Presentación; de actividades culturales inmediatas en la restauración del templo de Santo Domingo, en el Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá (ICBA), en el INEM Carlos Arturo Torres de Tunja, en la Cámara Junior, en la Corporación Nacional de Turismo y Artesanías, en el Liceo Santo Domingo de Guzmán y en El Espectador, y asistencia religiosa en el Colegio del Rosario y en Benposta. Fue un rapto maravilloso que me transportó al corazón mismo de la ciudad. A ella, con todos sus encantos y amigos rindo testimonio de agradecimiento”.
Enseguida, dice el señor Núñez, hace una relación entre la capital boyacense y la capital de la provincia de Toscana. “Ahora le pido que me permita divagar un poco, con el corazón, entre Florencia y Tunja: Florencia de Italia es como la síntesis del desarrollo del arte en su periodo histórico más importante como Roma es la síntesis de la historia del mundo occidental. Así Tunja y así Boyacá son para nosotros, colombianos, la síntesis no solo de la historia política y social, religiosa y cultural, sino también artística e intelectual de la época más importante que hasta ahora haya vivido el país”.
Fr. Reinaldo siempre fue un fraile de modales educados, fraternos y respetuosos. Con los hermanos y los que trataba siempre se mostró jovial, servicial, transparente en su actuar, dispuesto siempre a colaborar. En su misión pastoral, nunca olvidó su utilidad en Cristo, que supo transmitir a través de sus conocimientos y su producción artística. De su rostro emanaba un carisma impactante. De semblante risueño, rostro ovalado, una mata de cabello castaño claro, cejas pobladas, ojos azules y profundos, nariz pronunciada y carnosa, labios delgados, mejillas acentuadas, tez blanca y mentón prominente. En sus pocos escritos, cartas y otros documentos, sobresale su hermosa caligrafía y una redacción impecable, piezas literarias formidables por su contenido poético, al igual que por su propiedad y corrección idiomáticas.
Después de permanecer fuera de la Provincia por más de 39 años, a finales del año 2019, fue asignado por el provincial fr. Diego Orlando Serna Salazar al Convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Falleció en la misma ciudad el 17 de septiembre de 2023, a los 82 años de edad y 61 de vida consagrada.
Nota: Esta biografía fue publicada en el libro Rostros del Centenario en el 2010 por fr. Carlos Ortiz y fue corregida y aumentada por el mismo fr. Reinaldo en 2011.
Diseño arquitectónico de la fachada, con motivo de su tercera reconstrucción. Chiquinquirá, 1971. La imagen es la fachada original presentada por el artista; se puede observar su inspiración en el estilo de los templos doctrineros de la primera etapa de la evangelización de nuestra patria. Actualmente la fachada fue reformada perdiendo las tres ventanas de la planta baja y el balcón de madera ubicado en el coro al lado izquierdo de la segunda planta.
(B.V.M. del Rosario de Chiquinquirá). Fotografía ampliada de un grabado en aguafuerte del mismo autor. Bogotá, 1974. Medidas: 1,57 x 1,01 cm. Perteneció a la colección del Convento de San José y fue donado al Centro Mariano Nacional de la Renovación de Chiquinquirá en 1991, con la venia del consejo conventual. Acompaña a la obra una descripción del autor.
Fotografía ampliada de un grabado anónimo del siglo XVIII, con motivo de su canonización. Sobre la fotografía, y con rapidógrafo, se puede leer algunos datos del santo y los mecenas de esta obra. Medidas: 1,08 x 1,36 cm. Colección de los conventos de Santo Domingo de Bogotá y de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, 1975.
Busto en yeso armado (en malas condiciones). Medidas: 58 x 20 x 17 cm. Colección del Convento de San José. Bogotá, 1970.
Vero Volto moldeado en arcilla y luego vaciado en cemento, con motivo de los ochocientos años del nacimiento de santo Domingo de Guzmán. Medidas: 58 x 23 x 18 cm. Colección del Convento de San José. Bogotá, 1970.
Óleo sobre lienzo, encargado con motivo de los cuatrocientos años de la fundación del Colegio Santo Tomás de Aquino (obra perdida). En el Archivo de Provincia se conserva una vitela que da cuenta de su existencia. Medidas: 95 x 70 cm. Colección del Colegio Santo Tomás de Aquino. Bogotá, 1972.
Óleo sobre tela, con motivo del quinto aniversario de la Conferencia Episcopal Latinoamericana reunida en Medellín en 1968. Medidas: 95 x 70 cm. Colección del Convento de San José. Bogotá, 1973.
Plumilla con motivo de su fundación. Bogotá, 1969.
Plumilla., con motivo de los 25 años de su fundación. Bogotá, 1973.
Plumillas para ilustrar el plegable vocacional “Una puerta se te abre”. Bogotá, 1963.
Un mapa de Colombia y nueve ilustraciones del claustro del Convento de Santo Domingo con motivo de la celebración del Capítulo General de Definidores de la Orden, primero en la América meridional. Bogotá, 1965.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de la ordenación presbiteral de fr. Pedro Nel Forero Ruiz, O.P. Marzo, 1968.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de la ordenación presbiteral de fr. Faustino Corchuelo Alfaro, O.P. Agosto, 1968.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de la ordenación presbiteral de fr. Manuel Chaux Chaux, O.P. Diciembre, 1968.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de la ordenación presbiteral de fr. Reinaldo de Jesús Sánchez López, O.P. Diciembre, 1968.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de la ordenación presbiteral de fr. José Rodrigo Arias Duque, O.P. Diciembre, 1970.
Plumilla para ilustrar la vitela de recordatorio de las bodas de plata presbiterales de fr. Abundio Vicente Becerra Reyes, O.P. Agosto de 1993. Imagen tomada de la vitela de ordenación de 1968.
Nota: Faltan las ilustraciones de las vitelas de las bodas de plata de ordenación presbiteral de fr. Pastor Prada Dietes, O.P. de 1968 y de otros.
Plumilla para ilustrar la portada del folleto “Responsabilidades de la familia dominicana en Colombia” (1970) y la contraportada del folleto “Frailes Predicadores. Una Vocación al Servicio del Evangelio” (1978).
Nota: Falta las ilustraciones de los registros de las bodas de plata de ordenación presbiteral de fr. Pastor Prada Dietes, O.P. de 1968 y de otros.
Pintura al temple, estudio para vitral. Medidas: 100 x 70 cm. Colección del Convento de San José. Bogotá, 1972.
Pintura al temple, estudio para vitral. Medidas: 100 x 70 cm. Colección del Convento de San José. Bogotá, 1972.
Referencias:
Núñez, G. (20 de agosto de 2023). El dominico que se enamoró de Tunja. Boyacá 7 Días.
Ortiz, C. (2010). Rostros del centenario de la restauración de la Provincia Dominicana de Colombia. 1910−2010. Bucaramanga: Distrigraf.
Ortiz, C. (junio, 2011). Comunicación personal con fr. Reinaldo de Jesús Sánchez López.
Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. (1971−2020). Catálogo de Provincia. Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. (1981). Servicio Informativo. Boletín n.° 59.
Te pueden interesar otros contenidos sobre Reconocimientos. clic aquí
En el sitio web oficial de los dominicos colombianos, queremos llevar a cabo la misión de Domingo: el deseo de proclamar valientemente a Dios, de construir la vida comunitaria y de buscar la verdad en el mundo.
¿Y si digo sí a este estilo de vida? La Orden de Predicadores, orden apostólica, se dedica a conocer, contemplar el mensaje revelado para luego trasmitirlo a los demás.
vocacionesopcolombia@gmail.com