Con sentimientos de nostalgia, pero con la certeza de que se han encontrado con el Dios de la vida, la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia despidió a tres hermanos dominicos que fallecieron entre la última semana del mes de abril y la primera semana de mayo del 2022, los tres, debido a quebrantos de salud.
El 26 de abril falleció fr. Tiberio Polanía Ramírez, O.P., a los 74 años; seguido del hermano fr. Antonio de Jesús Páez Peñaranda, O.P., de 82 años, quien falleció el 29 de abril. Sus exequias se realizaron respectivamente el 27 abril y 1 de mayo de 2022, en el Templo de Cristo Rey en Bucaramanga y fueron presididas por fr. Diego Orlando Serna Salazar, O.P., prior provincial.
Fr. Ernesto José Mora Arias, O.P, falleció la noche del 1 de mayo en la ciudad de Bogotá, próximo a cumplir 86 años. Sus exequias, presididas por monseñor fr. Jorge Leonardo Gómez Serna, O.P., se llevaron a cabo en la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá de la ciudad de Bogotá el 3 de mayo de 2022. Posteriormente, su cuerpo fue trasladado y luego de una eucaristía en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, fue sepultado en el mausoleo de la Orden de Predicadores en el Cementerio Central de la ciudad.
Durante la ceremonia religiosa donde fue despedido el padre Morita, fr. Diego Orlando dirigió unas sentidas palabras donde recordó la labor pastoral, misionera y evangelizadora de cada uno de sus hermanos fallecidos.
No es fácil para una familia despedir a tres de sus miembros en una semana, no es fácil para una comunidad despedir a estos tres grandes hombres, no es fácil para un provincial vivir estos momentos, pero estoy seguro de que la fe que nos mueve y nos impulsa, que nos da la esperanza que el Señor murió y resucitó, también les ha concedido a nuestros hermanos Tiberio, Antonio y Morita el eterno descanso. Tres hermanos que coincidentemente fueron grandes misioneros de Tibú, que llevaron el mensaje del Señor en medio de los pobres, esos mismos que hoy lloran y piden por ellos, manifestó fr. Diego Orlando.
Además, mencionó que, fr. Tiberio, fr. Antonio y fr. Morita, a pesar de sus quebrantos de salud, nunca pararon, trabajaron hasta el final. Los problemas y las dificultades no fueron obstáculo para su actividad misionera y evangelizadora.
Que el ejemplo de estos hombres nos lleve a estar unidos, a mantenernos cohesionados, a sentirnos como hermanos, a darnos el abrazo de la paz y decirnos que nos queremos, que nos identificamos no sólo por llevar un hábito, sino que nos identificamos porque amamos a Dios, porque amamos a la Iglesia, porque amamos a la Orden y porque de verdad nos amamos, nos respaldamos y nos apoyamos, manifestó el prior provincial como un mensaje especial a todos los frailes de la Provincia.
Finalmente, invitó a todos los asistentes a orar por la Orden y por la familia dominicana, para impulsar su espíritu de santidad y fraternidad.