"Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más, casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna" (Mc 10, 17-30). Con este evangelio del joven rico, que bien se podría llamar un relato vocacional, nuestra hermana Sor Lida Esperanza de Dios Padre, O.P. emitió públicamente sus votos solemnes en la eucaristía dominical del domingo 10 de octubre del presente año, en la capilla del Monasterio de Santa Inés de Montepulciano. La celebración fue presidida por el Padre Provincial, Fray Diego Orlando Serna O.P. y le acompañaron el Promotor de monjas de la Provincia Fray Iván Fernando Mejía y los Padres Fray Faustino Corchuelo, O.P, Fray Ricardo Azael Escobar,O.P y Fray Néstor Rojas, O.P. Así mismo, se contó con la asistencia de fray Marco Riati, fraile estudiante de la Provincia de Bolonia, las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, algunos familiares y personas cercanas de la nueva profesa solemne.
En la homilía, el Padre Diego Serna, O.P. se refirió a cuatro riesgos que azotan hoy al mundo y a la iglesia: el relativismo, el individualismo, el secularismo y el laxismo moral. Luego de exponer ampliamente estos fenómenos explicó cómo la vida consagrada y de modo particular la vida contemplativa son un signo profético que anuncian una nueva forma de ver el mundo y cómo a través de su forma de vida nos enseñan que la fraternidad si es posible en contraposición con el individualismo; con su consagración religiosa y su dedicación exclusiva a Dios nos recuerdan, a diferencia de lo que dice el relativismo, que si se puede dar un sí definitivo a otra persona e incluso a Dios mismo, hasta la muerte. Así mismo, se refirió sobre los consejos evangélicos como una denuncia profética frente a lo que invita la sociedad hoy en día, como en el caso de la castidad que, frente al mundo que desea vivir del placer, nos habla de una entrega a un amor que va más allá del sentimentalismo y el hedonismo. También habló del voto de pobreza por el cual se renuncia a las riquezas de este mundo en el que muchas personas ponen la felicidad, para manifestar que solo poseemos una riqueza, que es Dios; por último, se refirió a la obediencia, enfatizando que es el único voto que hacemos y por el cual obtenemos una libertad mayor.
Luego de la homilía se dio paso a la emisión de los votos solemnes de Sor Lida de Dios Padre, O.P., en manos de Sor Ana Julia de la Eucaristía, O.P., Priora del Monasterio. Posteriormente, se cantaron las letanías de los santos y a continuación se siguió con la celebración eucarística. Antes de la bendición final se procedió a terminar la ceremonia con la bendición del Velo, signo de consagración al señor y la bendición de la argolla, signo del desposorio con Cristo hasta la muerte.
Terminada la ceremonia se hizo una pequeña recepción para los invitados donde hubo el espacio para felicitar y compartir con la nueva profesa. Por otro lado, dentro de la clausura se dio paso al almuerzo donde tuvimos un compartir fraterno con los padres y la comunidad. En la noche, como es costumbre en el monasterio, se hizo la recreación en honor a la festejada donde se le felicitó con algunos obsequios.
