Con motivo del Jubileo Dies Natalis de nuestro padre, se llevó a cabo en nuestro país un programa de celebración de varios días pensado en la participación internacional, nacional y regional de la Familia Dominicana.
El 5 de agosto iniciamos con un conversatorio sobre “La Orden de Predicadores en América Latina y los derechos humanos” liderado por el Centro Bíblico Pastoral María de Magdala y donde participó familia dominicana internacional. El 6 de agosto la cita fue virtual en torno a las Vísperas Solemnes que se celebraron desde el Convento Santo Domingo de Bogotá y presididas por el Promotor Provincial de la Familia Dominicana de Colombia. En su reflexión nos invitó a reconocer a nuestro padre a partir de sus gestos y palabras cuando enfrentó la enfermedad y la muerte, ahí mostró su talante de “hombre todo de Dios” tal como versa el himno compuesto para este jubileo. Su vida teologal fue la fuerza que le facultó para ser compasivo, fraterno, amado por todos, austero, orante, etc. El 7 de agosto, el turno para celebrar le correspondía a cada región, con la sugerencia de una programación coordinada por las casas, conventos y promotores regionales; y finalmente, el 8 de agosto, fue un espacio para que cada comunidad local de frailes, religiosas, monjas y laicos celebrara esta ocasión tan especial.
En Bogotá, durante la mañana del 7 de agosto, visitaron el convento santo Domingo un nutrido grupo de religiosas de vida apostólica, laicos y miembros de la Orden de los Franciscanos Menores, como es habitual para estas fechas. La jornada inició con la predicación de fray Jesús Espeja, dominico español y reconocido intelectual de la Orden, que se centró en “el carisma de santo Domingo 800 años después”; posteriormente un acto fraterno, la celebración de la Eucaristía presidida por un fraile de la O.F.M. y el compartir del almuerzo completaron con altura y profundidad la Solemnidad de nuestro padre Santo Domingo.
Agradecemos profundamente a todos los frailes, hermanas, monjas y laicos que se esmeraron por vincularse a la celebración nacional y motivaron los encuentros regionales para esta fecha tan especial. Después de casi dos años, nuestra familia empieza nuevamente a encontrarse presencialmente mostrando así la comunión visible, muy necesaria para la predicación de hoy y de siempre.