El pasado 8 de mayo, la Familia Dominicana en Colombia se reunió en una noche llena de fervor y devoción para celebrar el patrocinio de la Bienaventurada Virgen María sobre la Orden de Predicadores. En un encuentro virtual, los miembros de las diferentes ramas de la familia dominicana se unieron para rezar el Santo Rosario, implorando la intercesión de la Reina de los Colombianos por la paz en el mundo, en sus familias y en sus corazones.
Fr. Miguel Canedo, O.P., promotor provincial de Familia Dominicana, inició este momento de oración recordando las palabras de San Juan Pablo II: “Si todos imitásemos a María, el mundo sería nuevo. Nuestra vida en ocasiones es dura, nos presenta capítulos difíciles, se tiñe de colores oscuros…. María nos dice: Adora y confía, para Dios nada hay imposible”. Con estas palabras dio la bienvenida a toda la comunidad.
Una vez concluido el acto de contrición, se dio paso la recitación de los Misterios Gloriosos, comenzando con el primero: La Resurrección del Hijo de Dios, dirigido por las monjas del Monasterio Dominicano de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma de Ocaña. Cada misterio fue acompañado de homenajes poéticos y peticiones especiales. En el primer misterio, se oró por los enfermos del mundo.
El segundo misterio, la Ascensión del Señor al Cielo, fue guiado por la Cofradía del Rosario de Chiquinquirá, cuya intención fue por todas las familias, para que sean portadoras de la Palabra de Dios y de unidad. Los participantes rezaron con devoción, invocando a María para que intercediera por sus seres queridos.
Un canto intermedio, “Madre del Silencio”, permitió un momento de reflexión y alabanza antes de continuar con el tercer misterio: La Venida del Espíritu Santo, dirigido por la Fraternidad Dominicana Sacerdotal. En este misterio, se pidió por vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada, rogando por ministros fieles y fervorosos.
El cuarto misterio, la Asunción de María Santísima al Cielo, fue dirigido por el Movimiento Juvenil Dominicano de Colombia, quienes rezaron por los jóvenes y niños, pidiendo que sean guiados por el amor de Dios y protegidos por la Virgen María en su camino de fe.
Finalmente, el quinto misterio, la Coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado, fue liderado por los prenovicios y novicios, orando por la bendición en los campos y el bienestar de Colombia, culminando con un fervoroso homenaje a la Virgen de Chiquinquirá.
Fr. Miguel concluyó el rosario con una oración por la paz, pidiendo por las víctimas de la violencia y por la reconciliación en el mundo. Encendiendo cirios, los participantes se sumieron en un momento de silencio y reflexión, rogando por la paz interior y exterior.
La ceremonia terminó con la bendición de fr. Juan David Montes, O.P., promotor Provincial del Rosario, y un último canto en honor a la Virgen María. La comunidad, unida en oración, despidió la noche con corazones llenos de esperanza y fe, renovando su compromiso de imitar a María en su vida diaria. Así, bajo el patrocinio de la Santísima Virgen María, la Familia Dominicana se fortaleció espiritualmente, reafirmando su devoción y amor por la Madre de Dios.