A los pies de la Reina y Patrona de Colombia, el pasado sábado 24 de junio de 2023, fr. Ismael Arévalo Claro, O.P, celebró sus 90 años de vida en compañía de monseñor Froilan Casas, obispo emérito de Neiva; monseñor Leonardo Gómez Salazar, O.P, obispo dominico – emérito de Magangué; fr. Franklin Buitrago, O.P, prior provincial de los dominicos en Colombia, sacerdotes, sus hermanos frailes provenientes algunas casas y conventos de la provincia, así como de sus familiares y amigos mas cercanos que se congregaron en Chiquinquirá para acompañar a fr. Ismael.
“Celebramos los 90 años de fr. Ismael en esta tierra mariana, porque su familia le inculcó desde niño el amor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá. Sus papás y abuelos venían a pie desde La Playa, Norte de Santander, ¡a visitar a la Virgen y eso naturalmente marcó la vida del padre Ismael Arévalo!, señaló monseñor Leonardo.
Fr. Ismael presidió la Eucaristía de su cumpleaños, manifestando que lo haría como si fuera “la primera, la única y la última”, y con sentimientos de gratitud a Dios padre y en especial a su Madre, compartió este momento de oración con sus amigos y familiares.
Por su parte, en la homilía, fr. Franklin recordaba que “la vida no es un accidente, no es una coincidencia, tiene un sentido y un sentido que brota desde el amor creador de Dios. Que significativo celebrar y recordar esto cuando estamos agradeciendo a Dios por 90 años de vida de fr. Ismael Arévalo, cuando estamos celebrando mas de 60 años de vida dominicana, de respuesta vocacional, de decirle a Dios: “aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”. Años de entrega en tantos lugares, en medio de tantas comunidades y de tantas personas. Años de predicación, de ministerio presbiteral.
El padre provincial también hizo un recorrido por la vida y obra de fr. Ismael, compartiendo recuerdos de sus labores más destacadas dentro de la Orden, desde el Seminario Apostólico Jordán de Sajonia, hasta sus experiencias misioneras como la fundación de la casa y de la parroquia San Luis Bertrán en Barranquilla, que en ese entonces eran tierras lejanas para los padres dominicos. Resaltó su entrega a la capellanía del colegio Antioqueña, la apertura de la presencia dominica en la parroquia Santo Tomás de Aquino en Medellín y el trabajo con tantos jóvenes en las pascuas juveniles dominicanas.
Una vida entregada a la predicación. Siempre de buen humor.