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La misericordia de Dios manifestada en 60 años de vida dominicana

| noviembre 29 DE 2019 |

El pasado 15 de noviembre, en el marco de la fiesta de San Alberto Magno, nuestros hermanos monseñor fr. Leonardo Gómez Serna, O.P., fr. Adalberto Cardona, O.P., fr. Faustino Corchuelo, O.P., fr. Jorge Flores, O.P., y fr. Tito Belisario Gómez, O.P., se congregaron en el Convento de Cristo Rey de Bucaramanga para celebrar 60 años de su toma de hábito dominicano, acompañados también por el padre fr. Jaime Valencia, O.P., quien celebró los 60 años de su primera profesión.

Nuestros hermanos quisieron realizar esta celebración como signo de acción de gracias a Dios por llevarlos de la mano en su consagración religiosa; a sus familias donde recibieron la primera formación cristiana y aprendieron a amar y perdonar; a la formación recibida en el seminario apostólico Jordán de Sajonia donde contaron con maestros como fr. José de Jesús Sedano, O.P., fr. Domingo Claro, O.P., fr. Luís Carlos Perea, O.P. fr. Alfonso Cubillos, O.P., fr. Reginaldo Arguello, O.P., fr. José Prada Dietes, O.P., entre otros. El año de noviciado fue acompañado por el padre fr. José Dimas Espitia, O.P. y fr. Francisco Téllez, O.P.

La celebración eucarística fue presidida por Monseñor fr. Leonardo Gómez Serna, O.P., quien invitó a sus compañeros, durante la homilía, a compartir algún detalle que haya marcado sus vidas durante el noviciado. Monseñor refirió que a él lo marcaron dos aspectos que lo han acompañado durante su ministerio: el amor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá expresado mediante la oración del Santo Rosario como fuente de contemplación e instrumento de evangelización. El segundo aspecto fue la clase de historia de la Orden en América Latina dirigida por el padre fr. Francisco Téllez, O.P. quien recalcaba el papel desempeñado por los dominicos en el nuevo continente en la defensa de los pobres y de los indígenas. Este aspecto se convirtió en el derrotero de su ministerio episcopal, “la defensa de los pobres a través de la promoción humana e integral, la búsqueda de la paz y la liberación de los pueblos”.

El padre fr. Adalberto Cardona, O.P., se refirió, primero a la necesidad de volver a los orígenes de la orden y con esa inspiración revivir el mismo ideal de Santo Domingo “descubriendo, valorando y apoyando” los carismas que cada uno de los hermanos ha recibido de Dios; y en segundo lugar pedir a Dios que nos conceda vivir con alegría y prepararnos para el encuentro personal con Él. Seguidamente, fr. Faustino Corchuelo, O.P. mencionó que a él lo marco la figura de Alberto Magno por su deseo de conciliar la fe con el progreso de las ciencias. El padre fr. Tito Belisario Murcia, O.P. hizo mención a la misericordia de Dios y a la misericordia de los hermanos de la comunidad porque ha encontrado apoyo y solidaridad, ante todo en las dificultades. Finalmente, el padre fr. Jorge Flores, O.P. manifestó su alegría por la presencia de sus hermanos quienes quisieron estar en Bucaramanga para celebrar con él su toma de hábito.

El padre fr. Oscar Eduardo Guayán, O.P., prior conventual, agradeció la presencia de nuestros hermanos en el Convento y su testimonio que nos habla de la importancia de perseverar, de iniciar una obra, de tomar una decisión, de ir paso a paso y darle tiempo al tiempo y ante todo de superar los obstáculos. Para fray Oscar el testimonio de nuestros hermanos mayores se puede unir a un poema del español Manuel Sandoval titulado “A un impaciente”:

Lo que no logres hoy, quizás mañana
lo lograrás; no es tiempo todavía;
¡nunca en el breve término de un día
madura el fruto ni la espiga grana!

No son jamás en la labor humana,
vano el afán ni inútil la porfía;
el que con fe y valor lucha y confía,
los mayores obstáculos allana.

Trabaja y persevera que en el mundo
nada existe rebelde, ni infecundo
para el poder de Dios o el de su idea.

¡Hasta la estéril y deforme roca
es manantial cuando Moisés la toca
y estatua cuando Fidias la golpea!
(Manuel de Sandoval)


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